Los guisantes son semillas cuya aparición en nuestras fruterías y mercados avanza la proximidad del verano; están protegidas por una vaina que, a diferencia de la de las judías verdes, no se come. Pertenecen al grupo de leguminosas o legumbres aunque no es habitual escuchar que pertenecen al mundo de las verduras.
Los guisantes cuanto más pequeños, más dulces; por eso los de tamaño mayor son más adecuados para purés y cremas; cuando son más pequeños se utilizan sobre todo como acompañamiento de otros platos y su dulzor suave no resta protagonismo al resto de ingredientes sino que suavizan el conjunto del plato.
Es difícil encontrar recetas en las que el guisante sea el único protagonista salvando la archiconocida receta de guisantes salteados con jamón, o la crema de guisantes o los guisantes a la francesa, una curiosa receta en la que se rehogan con mantequilla junto con cebolla y hojas de lechuga.
En mi frutería habitual encontré unos magníficos guisantes con su vaina verde verde que saltaban de la cesta para que los trajera a casa.
He elegido esta receta por varios motivos: es una forma estupenda de comer estas semillas tan primaverales, es un plato completo con el champiñón, los huevos y las carnes de jamón y chorizo en cantidad muy moderada y además es un plato único que se puede dejar hecho el día anterior salvo el último paso en el que se echan los huevos para que se cuajen en la misma fuente. Vamos, que cuando llegas del trabajo, enciendes el horno y mientras te cambias de ropa y dejas las cosas se cuajan los huevitos de codorniz.
Creo que es una receta muy fácil, apta para principiantes y para aumentar nuestro recetario familiar con alimentos frescos y de temporada.
Sin más dilación, ahí va la receta.
INGREDIENTES
(Para dos personas)
- 1 cebolleta o media cebolla
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- 100 g de chorizo
- 100 g de jamón serrano
- 200 g de champiñón
- 100 ml de vino blanco (vaso pequeño aprox.)
- 1 cucharada de Maizena*
- Guindilla (opcional)
- Pimienta molida
- 250 g de guisantes
- Agua
- Sal
- 10 huevos de codorniz (5 por persona)
- Perejil
PREPARACIÓN
Picar muy menuda la cebolleta o cebolla; reservar.
Picar en trocitos el jamón y el chorizo; reservar.
Desgranar los guisantes de sus vainas y dejarlos en un recipiente.
Limpiar y cortar en trozos o en láminas los champiñones y reservar.
Poner una sartén o cazuela al fuego y calentar las dos cucharadas de aceite de oliva; añadir la cebolla picada y dejar que se haga durante unos 5-7 minutos a fuego medio.
Añadir después el jamón y el chorizo y dar una vuelta para que se mezclen entre sí.
Diluir la Maizena* en el vaso de vino y cuando esté bien disuelta añadirlo a la cazuela. Dar una vuelta y añadir en este paso y si se desea, la guindilla (una pequeña) .
Añadir los champiñones troceados o laminados, echar un vaso de agua y dejar que se cocinen durante unos 20 minutos. Fuego medio.
Mientras, se hervirán los guisantes durante tan solo 5 minutos para que queden tersos y con un bonito color. De esta forma los aprovechamos con todas sus propiedades.
Encender el horno a 2000.
Cuando hayan pasado los 20 minutos del guiso, los champiñones habrán soltado agua pero al haber añadido Maizena* la salsa deberá quedar ligeramente trabada, es decir, un poco densa. Si aún hubiera mucho líquido y se prefiere menos caldoso se puede mantener al fuego otros 5 minutos para que se reduzca.
Se preparan dos cazuelas individuales (o una más grande para hacerlo de una vez) y se reparte el contenido de la sartén; al estar muy caliente se pueden cascar los huevos directamente y se introduce al horno seguidamente para que se cuajen al calor del mismo. Se utilizan 5 huevos en cada cazuela.
Aproximadamente los huevos estarán en 5 minutos o cuando se vea a través del cristal del horno que la clara se blanquea; hay que tener un poco de cuidado para que las yemas no se cuajen.
Sacar del horno, depositar la fuente sobre un plato para no quemarnos y llevar a la mesa.
Más cosas
Yo no he usado guindilla o cayenas en este plato porque no tomo picante pero quien lo prefiera puede hacerlo; es cuestión de dar un toquecillo, no de convertirse en la boca del dragón.
Las cantidades de chorizo y jamón son muy moderadas y lo cierto es que dan un sabor muy rico al plato.
En las fotos se puede ver que lo he presentado en dos tipos de fuente, ambas individuales, una más tradicional de barro y otra más actual de loza blanca. Si se prefiere usar una sola fuente solamente hay que echar todo la cantidad de guiso en ella y poner los diez huevos encima.
Por cierto, no son muchos 5 huevos, cuando se lee esta cantidad parece que no van a caber en las fuentes pero caben perfectamente y el resultado es, como se aprecia en las fotos, muy vistoso y colorido.
*Maizena: se puede sustituir por harina.
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